Los huéspedes que arriban a La Lorenza saben apreciar
lo que el paraje natural y las comodidades de la granja
les brindan. De esta manera, quedarse recostado en una
hamaca leyendo un buen libro, dormir para despojarse
por completo del cansancio citadino, sostener una
conversación tranquila con los acompañantes o
simplemente observar con atención el paisaje para
experimentar la belleza del silencio son actividades que
se dan de forma natural en La Lorenza. Sin embargo,
explorar otros espacios, dentro o fuera de la finca, es
una alternativa que les ofrecemos.