Hay seres que con un suspiro tocan vidas y las cambian para siempre. Lorenza –espíritu inocente, pero de sabiduría milenaria– nos mostró que era posible cumplir nuestros sueños. Guiada por su luz, nuestra familia se embarcó en esta aventura de construir un lugar de ensueño.

Así nació LA LORENZA, un campo de olivos y lavanda alimentado por una laguna cuyas aguas, a la luz de la luna, se tornan violeta y encienden la llama de la ilusión. Compartir el néctar de los frutos de nuestro campo es regalar esperanza; es regalar una gota de luz que conecta tus anhelos con la fuerza que esconde el alma. Es brindar el don de la serenidad, de la calma, de la magia que encontramos en LA LORENZA.​

Nuestros productos nacen de un sueño en los suelos de Villa de Leyva, tierra en la que la naturaleza, el legado de generaciones pasadas y los deseos de nuestros niños se unen para constituir uno de los rincones más lindos de Sudamérica.